viernes, 24 de junio de 2011

TRADICIÓN DE INKA QAMAÑA



En el Centro Poblado de Villa Queñuani, del  Distrito y Provincia de Yunguyo del departamento de Puno, en la parte que comprende del cerro Kapía, dicen que existe una construcción arquitectónica, especie de templo o casa de material piedra.
En las orilla del lago titicaca existe una construcción arquitectónica que se denomina Inka Kamaña o descanso del Inca; en el sitio denominado Callo Uta, donde los monarca Cusqueños nos visitaban, necesariamente los incas tenían que descansar en ese lugar denominado Inka Kamaña, antes de ingresar a la ciudad sangrada de Yunguyo, de paso al gran templo del Sol en el Titicaca.

Kauffmann nos refiere que el Inca Waina Qapaq que gobernó de l493 a l525 más o menos, en sus grandes conquistas llegando en el norte hasta Ancasmayo y en el Qollasuyo, se había suscitado sublevaciones e invasiones de los selváticos Chiriguanos, procedentes de Guaraní en el año de l5l8, traspasando el Chaco llegaron hasta las faldas de la cordillera oriental de Bolivia, otros dicen que llegaron hasta Huancané, encabezado por un español llamado Alejo García que había naufragado en las costas de Brasil en años anteriores que después fue muerto. Waina Qapaq vino con un poderoso ejército al Qollasuyo para enfrentar a los Chiriguanos, a quienes los derrotó completamente.

El Inca se propuso ampliar sus conquistas hacia Tucumán y Chile y para ello era muy importante visitar al templo del Sol de la Isla de Titicaca para honrar y consultar a los más famosos oráculos que existía en el templo del Sol para su campaña triunfadora.
Cuenta la tradición de los moradores de Queñuani, que los Incas salían de la capital del Tahuantinsuyo la ciudad del Cusco, en son de guerra de conquista, romería y peregrinaje religiosa hacia el Kollasuyo; con un ejército numeroso, su séquito de orejones, su Koya y las Pallas, los Yanaconas o servidores, sus barredores de caminos; sentado en una litera de oro, cargado por los nobles del Cusco, después de 20 días de viaje; los chasquis o correos ya anunciaban su proximidad a la ciudad de Yunguyo, con un ruido estrepitoso de los gritos de sus soldados, el sonido de las trompetas o Pututos, (caracol procedente de la costa de Ecuador), retumbar espectacular de las Tinyas o tambores, elaborado con la piel de sus enemigos, que tenían sonidos muy especiales.

La ciudad sagrada de Yunguyo era muy importante en aquella época, por el control o especie de aduana para todos los romeros y estaba cercado de costa a costa por una muralla de piedra con puertas y porteros, de donde empezaba el suelo sagrado, para la entrada al templo del Sol del Titicaca; su abuelo Pachacutec Inca y su padre Tupac Inca Yupanki de Waina Qapac habían hecho construir en Yunguyo, un templo del Sol (hoy templo mayor de nuestra señora de la Asunción) un palacio suntuoso, donde gobernaba un pariente del Inca un sacerdote menor Willka o Auqaches, (limpiador de pecados), Qolqas o graneros, muchos edificios de los pobladores, divididos en dos barrios o zonas, Masaya (parte alta) y Arasaya (parte baja). El sitio denominado Inca Qamaña era costumbre y tradición de los Incas un descanso forzoso antes de ingresar a la ciudad de Yunguyo, donde permanecía una noche y un día, después de un largo viaje y reparar sus energías; terminado este descanso por fin llegaba a la ciudad de Yunguyo en medio de aclamaciones de sus vasallos, donde permanecía un mes hasta un año, sometiéndose a los ayunos, penitencias y purificaciones de sus pecados a cargo del gran sacerdote

Auqachec. Después de su estadía en esta ciudad, continuaba su marcha hacía el templo del Sol, por el camino real aderezado y empedrado, por Incacalle o Chacapata (hoy Jr. 28 de julio), Kasani, Loqa, Copacabana. Tradición recogida en Queñuani.

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